Por mucho que la ciencia y la investigación avancen, la predisposición genética es uno de los elementos que más se deben valorar a la hora de diagnosticar una patología dental. Entre las más frecuentes a las que nos enfrentamos los odontólogos, se encuentra la famosa enfermedad de las encías, más conocida como gingivitis. Esta molestia, cuyo síntoma principal es la inflamación de las encías y el consiguiente sangrado -sobre todo, a la hora del lavado-, puede llegar a ser muy molesta y en muchas personas se puede alargar incluso durante bastantes años.
¿Qué es la gingivitis?
La gingivitis es, fundamentalmente, una patología de carácter bacteriano cuyo origen puede ser múltiple: desde una higiene dental deficiente hasta cambios hormonales, dientes mal alineados o incluso, una diabetes no tratada. Su síntoma principal es el sangrado de las encías a la hora del lavado y una hipersensibilidad en las mismas durante el consumo de determinados alimentos.
Si bien hay muchas maneras de prevenirla, hay que tener en cuenta que el factor hereditario juega un papel muy importante en el desarrollo de esta enfermedad. Si bien sabemos que nuestros progenitores han tenido patologías similares o, incluso más graves como la Periodontitis (en la que la infección bacteriana puede llegar al hueso), te aconsejamos que pongas en práctica los siguientes tips para hacer frente a la predisposición genética:
-Alimentación saludable: no abuses de azúcares ni de alimentos que tengan tendencia a quedarse entre los dientes, como pueden ser los caramelos. Cuánto más saludables y menos procesados sean los alimentos, menos probabilidad habrá de que se desarrolle una infección.
-Material adecuado para el cepillado: da la sensación de que el cepillado determina cualquier patología detal, pero lo cierto es que es una verdad irrefutable. Hay que insistir en ello y, por supuesto, utilizar los materiales específicos para las encías sensibles: pasta de dientes especializada, cepillo de dureza madia-baja, seda dental, utensilios para eliminar restos y un enjuague de buena calidad. Por supuesto, tómate tu tiempo durante el lavado y procura no causar más daño en las zonas ya inflamadas para que se curen lo antes posible.
-Evita el tabaco: es una de las fuentes de bacterias más conocidas y, por supuesto, no le hace ningún bien a tu salud. Te recomendamos que des el paso y te decidas a dejarlo cuanto antes. Tu cuerpo y tu salud bucodental te lo agradecerán.
-Precaución si usas ortodoncia: déjate asesorar siempre por tu odontólogo para escoger el apartado dental más adecuado. Si sufres esta patología, es muy probable que se intensifique durante tu tratamiento de ortodoncia, por lo que permanece atento, aplica las normas anteriores e informa a los profesionales en cuanto detectes cualquier síntoma.