El bombardeo de informaciones contradictorias en torno al debate de partidarios y detractores del azúcar no ha hecho más que crecer en los últimos años. Si bien este ingrediente se ha convertido en el enemigo público número uno entre los expertos en nutrición y dietética, el gremio de la odontología lleva mucho más tiempo insistiendo en la relación directa que existe entre el azúcar y las caries.
Son precisamente los años de ventaja en la investigación de patologías dentales los que le han dado la razón a los estudiosos de las materias bucodentales. Y es que, si la nutrición no es un motivo suficiente como para decir no a los dulces, a continuación te relatamos lo fácil que es lucir una sonrisa sana realizando pequeños gestos.
La principal patología a la que nos enfrentamos como dentistas en nuestro día a día son las caries generadas por el abuso de azúcar. Los niños, que disfrutan como nadie de refrescos, zumos envasados, galletas, bollería industrial o gominolas, son especialmente propensos a este tipo de problemas. De hecho, tener caries a tan temprana edad no hará más que generar problemas a largo plazo, por lo que recomendamos optar por una alimentación variada y sustituir este tipo de azúcares por opciones más saludables e incluso por los que están presentes en la fruta.
Por otro lado, el aumento de ácidos en la boca genera desperfectos en el esmalte, así como una acumulación de sustancias entre los dientes que dan lugar a patologías tan molestas como la gingivitis. De hecho, la hipersensibilidad que van adquiriendo los dientes con el tiempo, puede ir generando fracturas no deseadas a una edad muy temprana, lo que nos obligará a optar por implantes o coronas artificiales.
Obviamente, no vamos a ser nosotros los que digamos a nuestros clientes lo que deben comer o no comer, pero aparte de sugerir modificaciones en la dieta, es también nuestra labor ofrecer pautas para el cepillado que pueden ayudar a enmendar problemas bucodentales. El uso de una pasta de dientes efectiva, enjuague y seda dental marcarán un antes y un después en la salud de tus dientes. Si, además, incorporas unos hábitos constantes y prestas especial atención al detalle, podrás presumir de unos dientes cada vez más saludables.